Empezamos cortando dos manzanas en cubitos chiquitos y le vamos mojando con la mitad del zumo del limón. La tercera manzana al contrario le vamos fileteando muy finitas e igual le mojamos con el zumo de la otra mitad del limón. El limón sirve para que la manzana no se haga negra mientras que preparamos el pastel.

Empezamos montando los huevos con el azúcar y cuando la masa será bien espumosa y blanca, unimos la leche y la mantequilla derretida tibia (no caliente). Montamos y por último unimos en cucharadas la harina y el polvo de hornear poco a la vez y trabajamos hasta que todos los ingredientes estén bien amalgamados.

Una vez listos unimos los cubitos de manzanas a la masa y mezclamos con una espátula.

Ponemos en los arándanos un poco de harina para que en cocción no se caigan en el fondo. Unimos 2/3 de los arándanos dejando un poco a parte para la decoración. Mezclamos con la espátula teniendo cuidado a no romper los arándanos y versamos en el molde de 24 cm de diámetro untado y enharinado. Nivelamos bien y unimos las manzanas fileteadas haciendo una decoración como una flor. Terminamos poniendo también los arándanos encima y horneamos a 180 grados por 40-45 minutos. ¡Siempre hacer la prueba del palillo!

Antes de hornear pueden poner en la superficie un poco de azúcar blanca para que el pastel salga mas dorado.

El pastel se conserva bien cerrado hasta 3 días al clima.