Empezamos trabajando la harina con los dos azucares, la mantequilla y la sal hasta obtener una masa arenosa.

Unimos el huevo y el polvo de hornear. Terminamos añadiendo tres cuartos del total del chocolate que requiere la receta (y ponemos el cuarto restante a un lado porqué lo vamos a usar para la decoración final).

Trabajamos la masa con las manos hasta calentar bien la mantequilla y que se funda bien con los otros ingredientes. La masa tiene que quedar suave, bien compacta y mezclada.

Cubrimos una bandeja para hornear con papel encerado o un tapis en silicona, usamos para dar forma al pastel el anillo de un molde de 20 cm de diámetro, tomando en cuenta que esto tenga las paredes lisas.

Sugiero cubrir las paredes con un poco de mantequilla o con papel encerado.

Ponemos la masa dentro del molde y le vamos aplastando y aplanando bien con la ayuda de una cuchara.

Vertemos en la superficie los pistachos cortados y aplastamos para que se queden un poco adentro.

Horneamos a 170 grados en horno precalentado por 16-18 minutos. El pastel tiene que ser como una cookie, crujiente afuera y suave adentro, no excedan en la cocción.

Una vez afuera del horno, todavía super caliente, decoramos la superficie con el cuarto de chocolate que guardamos.  En esta manera el calor del pastel fundirá el chocolate.

Hacemos ahora la crema de pistachos simplemente moliendo en un procesador el pistacho con el aceite hasta obtener una crema. La ponemos en una manga pastelera y decoramos el pastel.

No aconsejo usar la crema de pistachos que se compra al supermercado porque es muy azucarada. Lo rico de este pastel es justamente el contraste entre lo dulce de la cookie y el salado del pistacho.