Empezamos poniendo en un bowl la harina. Derretimos la levadura en agua tibia con el azúcar, vertamos en la mezcla de harina y empezamos a trabajar. Obviamente todo se puede hacer a mano. Luego de unos 10 minutos, derretimos la sal en un poco de agua y la añadimos a la masa. Terminamos de trabajar hasta obtener una masa bien amalgamada, compacta y un poco dura (si usan la batidora tendrá que estar bien pegada y compacta al gancho).

Dejamos leudar en un bowl levemente enharinado, tapando con un trapo mojado hasta que doble de volumen (dos horas).

Terminado el descanso, formamos unas pelotitas de 110-140 gr cada una y dejamos descansar unos 10 minutos para eliminar la tensión en la masa y luego con la ayuda de las manos y de un bolillo, trabajamos las masitas hasta darles un espesor de 2 mm y una forma redonda. Enrollamos la masa en si misma.

Mojamos con agua la superficie y pasamos los pancitos en el ajonjolí.

Les ponemos encima de una bandeja para hornear cubierta con papel encerado y tapamos con un trapo mojado. Dejamos leudar hasta que doblen de volumen (un par de horas).

Precalentamos el horno poniendo adentro un bowl de cerámica lleno de agua. Horneamos los panes a 200 grados por 15 minutos. Trascurso el tiempo, sacamos del horno el bowl de agua y terminamos los últimos 5 minutos de cocción sin agua. Sacamos del horno y dejamos entibiar.

CONSEJO: Todos los productos que contienen levadura fresca les dejo leudar bajo de un trapo que humedezco muy bien con un atomizador lleno de agua. Esto ayuda a que la superficie no se seque. El film plástico, puesto encima del producto que ya tiene forma, se puede pegar a la superficie y dañar la estética del producto.